Durante la tarde de ayer el Senado dio por aprobado y convirtió en Ley el proyecto de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero. Esta normativa exige además del fomento y capacitación, la exigencia de un cupo del 1 por ciento para cualquier persona de la comunidad travesti-trans en cualquier institución o espacio de trabajo. Verónica Araya, presidenta de ATTTA habló con La Lechuza sobre lo que significa esta nueva ley.
Años de exclusión, de discriminación y odio, son el terreno en el que la comunidad travesti y trans intentó salir a buscar trabajo. Las respuestas a estas búsquedas pocas veces fueron positivas, y lejos de analizar capacidades laborales, se priorizaron el rechazo por el simple de hecho de que una persona mostraba su identidad de género no acoplada a la cis-normatividad.
Es por eso que el Estado pasó a ser la vía por la cual esta comunidad decidió emprender una lucha. El matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género fueron pioneras para que hoy estemos celebrando que la ley de cupo travesti-trans sea una realidad. Y sin duda, muchos años de lucha. Incluso el proyecto lleva el nombre de dos importantes activistas como Diana Sacayán y Lohana Berkins.
“Entendemos que va a venir a cambiar nuestra expectativa de vida de 30 a 40 años” expresó Verónica Araya, referente de ATTTA San Juan, quien recordó que, de quienes poseen trabajo este es principalmente en negro.
Verónica apeló a que esta ley debe reglamentarse y cumplirse efectivamente, y que además, debe ponerse en discusión la Ley Integral Trans “es la ley máxima, la cual abarca todos los derechos de la comunidad trans, la vivienda, el trabajo, y no dejamos a nadie afuera, pensamos en las infancias trans”. Agregó, además, la importancia de pensar políticas de reparación para las mayores de 40 años.
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