Despedimos a una gran mujer, una indispensable, la querida Lucy Collado. Para las feministas y las defensoras de los derechos de las humanas y los humanos era la Lucy, se ganó ese lugar.
Clara referente para esta generación, Lucy fue una pionera en la lucha por lo que ella definía en primera persona como “ser dueña de mi cuerpo”. Así, con la contundencia de quien se enfrenta a diario a situaciones donde no somos dueñas ni de eso. Activista del Movimiento de Mujeres, fue integrante de la comisión organizadora de los dos encuentros que se realizaron en San Juan, el último hace solo dos años. Además participó activamente de encuentros nacionales e internacionales.
Miembro de la APDH San Juan, la dictadura la marcó desapareciendo a su sobrino y ella supo que los derechos de un@ se defienden defendiendo los de tod@s.
Sensible, creativa, coherente, intensa, activa, rebelde, libre, así la recuerdan las personas que tuvieron la suerte de cruzarse con esta mujer, que abría caminos, hacedora de cotidianas revoluciones.
Tomo las palabras de Celia, una de sus colaboradoras en sus últimos años, que resumen como pocas quién fue Lucy:
“Ahí voy a estar para darle un adiós a esa mujer que me enseñó que mas allá de lo malo no baje nunca la cabeza… a levantar la autoestima en momentos de mierda… a sentirse linda aunque el cuerpo te tire para abajo. Un placer conocer a esa mujer de su familia, respeto a esas mujeres que educan y te hacen abrir la cabeza, y te hacen llevar la vida desde otro punto de vista”.
Quedamos much@s siguiendo tu camino, tomando tu ejemplo, multiplicándote cuando nos multiplicamos, ¡buen vuelo, compañera!