El represor Jorge Antonio Olivera, condenado por delitos de lesa humanidad y prófugo desde 2013, fue detenido en la casa de su familia de San Isidro, provincia de Buenos Aires. Efectivos de la Policía Federal encontraron a Olivera escondido dentro de un auto, en el garage de la vivienda.
Junto con el represor Gustavo De Marchi, Olivera se había fugado del Hospital Militar luego de concurrir por un problema médico. Ambos militares fueron condenados en 2013 por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de San Juan durante la última dictadura. De Marchi ya había sido recapturado en diciembre de 2015 en el barrio porteño de Almagro.
En 2013 y tres semanas después de recibir la condena, Olivera y De Marchi solicitaron su traslado desde el penal sanjuanino de Chimbas al Hospital Militar de la Ciudad de Buenos Aires, por presuntos motivos de salud. La Justicia avaló su pedido.