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RAQUEL PALOMINO: LO QUE QUIERE MILEI YA DEJÓ A LOS PERUANOS SIN DERECHOS

El modelo económico, político y social que pretende imponer Javier Milei tiene antecedentes en América Latina. Es el caso de Perú, donde la salud, la educación, el trabajo y el sistema previsional sin intervención del Estado han empobrecido al pueblo y dañado el tejido social.

Hay quienes dicen que para saber hacia dónde vamos, cuando tenemos un gobierno neoliberal, hay que mirar a Perú. Nada mejor que preguntar a quien desde la misma capital peruana nos puede contar la experiencia que se vive en ese país latinoamericano. Raquel –Pocha- Palomino, comunicadora social peruana, “corresponsal” de La Lechuza en Perú, habló el último sábado con el equipo de Estamos a Favor. “Esto es la ley de la selva”, sintetizó en relación a lo que describió como el modelo económico y de convivencia que impera hoy en Perú.

“¿Por qué digo esto? Porque el Estado casi desapareció; los ciudadanos y las ciudadanas luchamos por sobrevivir en un país donde hay muy poca regulación para la protección de los derechos”, explicó la periodista. Lo ejemplificó con un tema que es sensible también hoy en nuestro país, el sistema previsional: “Acá en Perú mi generación, digamos gente profesional entre 45 y 55 años, no sabemos qué va a pasar de nosotros cuando seamos adultos mayores. No tenemos una jubilación”.

La miseria de las jubilaciones privadas

Explicó que en su país los y las personas que trabajan pueden optar entre un sistema público de jubilación y uno privado, similar a las AFJP que existieron en Argentina. La publicidad es muy fuerte en relación a las ventajas de lo privado sobre lo público, por lo que la mayoría de los aportantes lo hacen en el sistema privado, que realiza un descuento elevado, pero que, al cabo de los años “son jubilaciones de miseria, que no llegan siquiera al sueldo mínimo”. Quienes se quedan en el sistema estatal no están mejor sino que reciben mucho menos: “tenemos una vejez casi en situación de abandono”. Contó que mientras el Estado otorga una pensión mínima a las personas que están en la extrema pobreza, la clase media, “quienes aportamos, vamos hacia una ancianidad pauperizada como futuro y eso, que es una gran preocupación, es uno de los aspectos del modelo que Milei quiere imponer en Argentina”.

Raquel Palomino

Cuando la educación es un mercado

 En el país que hoy gobierna Dina Boluarte “han convertido la educación en un mercado”, en el que proliferan ofertas privadas en todos los niveles: “ante un Estado chico, con escuelas públicas de primaria y secundaria chicas, vas a encontrar una serie de colegios privados que no necesariamente están regulados”. En relación al nivel universitario, Palomino describió el panorama: “Hay universidades públicas, pero es muy poquito el presupuesto que da el Estado, por lo tanto no hay cupos”. Informó que, paralelamente, “tienes una serie de universidades privadas que te cobran poco, pero que están lucrando, porque no te dan educación de calidad. Entonces la gente que no puede entrar una pública porque no hay cupo, pero tampoco puede pagar mucho porque la universidad privada de calidad es cara, opta por estas universidades donde paga poco, pero no tiene calidad académica”. En la síntesis de Palomino: “Estamos bajo el régimen y la dictadura del mercado en cuanto a la educación”.

Salud por oferta y demanda

La salud es otro tema preocupante en Perú,donde hay un seguro universalizado para personas en extrema pobreza que desde hace un tiempo cubre también a quienes no tienen trabajo. El problema, según cuenta Raquel Palomino, es la falta de camas o las grandes demoras para la atención o para intervenciones: “como se demora mucho porque el Estado no invierte, la gente termina pagando clínicas privadas de medio pelo, poco reguladas”, porque la salud también está en manos del mercado. La periodista comentó que si bien una ley obliga a los establecimientos públicos y privados a atender en una situación de emergencia, “No me puedo ir si no pago”, aún estando desocupada. A ello se suma el desabastecimiento que obliga a familiares a comprar los insumos y medicamentos. “En Perú el modelo es que los derechos se convierten en servicio y los servicios están en el mercado, en la ley de la oferta y la demanda”, agregó.

Neoliberalismo sin derechos laborales

“Con el modelo neoliberal en los derechos, acá perdimos la estabilidad laboral” informó la periodista peruana, para explicar que “hasta en una modalidad permanente, que es lo máximo que puedes aspirar, no está garantizado tu trabajo 100 por ciento de manera indefinida”. Entre las razones que explican esa precariedad, Palomino aludió a la promoción a la inversión privada por parte de un Estado que, entre las condiciones que brinda a las empresas, ofrece mano de obra barata y “fácil de prescindir”.

El tema laboral es “complicado”, según Raquel Palomino, con “un Estado tan chiquitito que solamente está presente con la fuerza de seguridad, a través de la policía, cuando tiene que reprimirte cuando protestas”.

Palomino también habló, en ese contexto, de la pérdida de solidaridad en lo cotidiano, “hasta en la convivencia social el neoliberalismo ha calado”, dijo. La periodista, que estudió y trabajó en nuestro país hace algunos años, expresó: “A mí me da mucha pena que en Argentina esté en riesgo ese estado de bienestar, que puede tener sus límites, que puede tener sus críticas, pero tienen que defender lo que han logrado construir”.

En el interior es peor

Consultada sobre la situación más allá de Lima, la capital, y otras grandes ciudades, Raquel Palomino describió: “El neoliberalismo está permeando. Lo que está pasando ahora en el interior, sobre todo en la selva y en las zonas andinas, es la presencia de mucha minería ilegal, tala ilegal y narcotráfico”. Estas actividades están relacionadas con asesinatos a gente que defiende al medio ambiente: “acá cada mes matan a un defensor indígena de su territorio”.

Para Palomino, “sin un Estado que regule, que haga una planificación de crecimiento territorial en función de derechos de propiedad de territorios, esto es la ley de la selva al interior del país donde, además, de cada 10 peruanos solo 3 tienen pleno empleo”. No es extraño entonces que crezca la informalidad laboral: “en el interior del país la mayor parte de la gente se dedica al comercio para poder sobrevivir; hay taxis por acá, negocios por allá, todo es comercio, que a veces crece, a veces no”.

Sobrevivir sin tejido social

La periodista peruana también analizó el proceso de elección y derrocamiento del presidente Castillo que, en su opinión, se relaciona con la despolitización, con el debilitamiento e incluso desaparición de las organizaciones sindicales y estudiantiles, entre otras. “Si al debilitamiento de las redes de organizaciones sociales le sumas la persecución, el miedo a lo político y que tienes que salir a la calle a buscar el pan de cada día porque no tienes trabajo, se desestructura tu tejido social”.

Hay esperanza

En ese contexto, “una narrativa esperanzadora en este momento es la resistencia y la lucha que vienen haciendo las comunidades nativas indígenas andinas, quechuas y aimaras, que son las que salieron a protestar y a las que mataron”. La periodista agrega que esas comunidades “han decidido ser protagonistas en primer plano del destino político este país; entonces entra en escena un actor político que son las comunidades campesinas, que van a luchar por su representación política, han dicho que van a presentarse y van a ganar”. “Eso me parece esperanzador porque ahí sí hay organización, hay comunidad, hay otros valores para construir un nuevo Perú”.

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