¿Qué intenciones tienen las medidas de Milei para que los clubes deportivos, que son asociaciones civiles sin fines de lucro, se conviertan en Sociedades Anónimas Deportivas? Le hicimos esta pregunta a Carlos Aira, un especialista en clubes de fútbol.
“Es obvio que vienen a desarmar la organización social; un club es eso, un club en la Argentina es organización social. Despúes tenés el negocio inmobiliario inmenso que se puede alimentar, RIGI mediante”, explicó Carlos Aira este sábado en Estamos a favor cuando Miguel Ambas y Mónica Knopoff le consultaron sobre la intención del gobierno nacional de promover que los clubes deportivos puedan convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), en organizaciones que operan con fines de lucro, es decir, buscan beneficios individuales y ganancias.
Carlos Aira es periodista deportivo, conductor del programa “Abrí la cancha” y responsable de programación de Radio Gráfica, un medio autogestivo del barrio de Barracas, Buenos Aires, integrante del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO). “El tema es muy complejo porque tiene un montón de aristas”, dijo el entrevistado, para agregar: “aquí estamos hablando de algo mucho más serio que de fútbol profesional”. Autor de dos libros de historia del fútbol argentino, Aira relató: “los clubes son algo increíblemente especial en nuestro país, nosotros los hicimos al uso propio. Existen clubes de barrio, clubes de pueblo, existen clubes de barrio hace cien años que han crecido de forma tal que hoy son clubes muy importanes dentro de la Asociación de Fútbol Argentino. Hay aproximadamente 15 mil clubes en el país y el deporte argentino está organizado bajo la figura jurídica de Asociación Civil. Eso hay que tenerlo muy pero muy presente, porque lo marca la ley del Deporte de 1974, adecuada y modernizada en el año 2015. El decreto presidencial 70/ 2023 de Milei ataca esto de raíz. ¿Por qué? Porque necesita romper la organización social de la Argentina, y la zanahoria de todo eso es el fútbol profesional”. En relación a esto el periodista se refirió al conflicto que estas medidas han generado entre el gobierno nacional y la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), que plantea en su estatuto la obligatoriedad que los clubes afiliados directa o indirectamente sean asociaciones civiles. “Esto no implica que no existan gerenciamientos en el futbol profesional” comentó Aira. Agregó: “Lo quiero señalar porque se habla mucho del ingreso de capital privado; el capital privado está inmerso en el fútbol profesional en la Argentina hace no menos de 40 años y sé que me quedo corto. Acá el problema de los campeones del libre comercio es que siempre fracasaron cuando tuvieron que competir y por eso la inmensa mayoría de los gerenciamientos fracasaron”.
Dos días después de la consagración argentina en la Copa América, la Inspección General de Justicia (IGJ) dictó una resolución que reglamenta, en parte, los artículos del DNU 70/2023 y avanza en el sentido de facilitar la transformación de asociaciones civiles en sociedades anónimas, ante la cual la AFA emitió un duro comunicado en desacuerdo. “En términos reales lo que vimos el lunes en el marco de esta avanzada fue más que nada un fuego de fogueo, porque lo que se presentó por parte del gobierno nacional tiene que ver solamente con la ciudad de Buenos Aires, que es la zona de acción de la Inspección General de Justicia”. Sin embargo, sumó Aira, “de todo lo que te dije, no te dije tal vez lo que para algunos es lo más importante: el negocio. Y ahí nos metemos en el tembladeral de por qué hay tanta necesidad y tanta urgencia en todo esto”. “Vamos a suponer –comenzó a explicar Aira- que los clubes argentinos, construcciones de más de un siglo en algunos casos, se transforman en sociedades anónimas deportivas; eso no solo destroza al deporte amateur, pero… ¿tenemos idea de la cantidad de metros cuadrados que entra al negocio inmobiliario? Ahí está la madre del borrego”.
Para argumentar en este sentido, Aira da el ejemplo de España, cuando “los Juegos Olimpicos de Barcelona 1992 demostraron la utilidad de la rezonificacion de las tierras: el deporte se muda a tierras más baratas y las tierras más caras son parte del negocio inmobiliario. En la ciudad de Buenos Aires en el año 2018 tuvimos los Juegos Olímpicos de la Juventud. Ni el Jefe de Gobierno ni el Comité Olímpico Argentino pudieron explicar seriamente por qué fue un gasto diez veces mayor que el presupuestado. Se hizo una ciudad olímpica en Lugano, las tierras más baratas de la ciudad de Buenos Aires, y tres meses después quisieron mudar a sangre y fuego a los atletas del Centro Nacional de Alto Rendimiento, el CENAR. Esto enseñó Barcelona 92, cómo hacer del deporte un inmenso negocio inmobiliario. Van por ese inmenso negocio inmobiliario que en la Argentina es turbomillonario me animo a decir”.
Consultado sobre el rechazo que ha expresado, a través de distintas manifestaciones, la sociedad argentina y los clubes a esta iniciativa gubernamental, Aira expresó que precisamente por ello “la posición de AFA es irreductible, porque si vos le abrís la puerta a las sociedades anónimas deportivas, no tenés vueta atrás. Esta es la experiencia global. Por otra parte está esta otra cuestión por la cual la inmensa mayoría de las masas societarias desean que sus clubes se mantengan como asociaciones civiles. Mirá lo que te digo: si el gobierno hubiera sido más pillo, hubiera planteado la idea de un modelo mixto como el alemán, tal vez hubierse tenido otro calado, pero sabés qué pasa, se quedaba sin el negocio. Es obvio que vienen a dearmar la organización social, un club es eso, un club en la Argentina es organización social; despúes tenés el negocio inmobiliario inmenso que se puede alimentar RIGI mediante, no nos olvidemos de todos los actores, justamente con el lavado de activos. Es de una complejidad muy grande todo esto, por eso no lo quiero centrar solamente en la idea de que vamos a privatizar el fútbol y ahora sí vamos a competir, porque tampoco vas a competir, porque este es un mercado global y la Argentina aún con clubes de capitales privados tampoco puede competir, no hay forma”.
