Cualquier parecido con la realidad argentina es pura casualidad… En diálogo con Estamos a Favor, Pocha Palomino, comunicadora peruana describe la situación en Perú luego de que sus legisladores aprobaron la impunidad para crímenes de lesa humanidad.
El Congreso de la República del Perú aprobó hace unos días una ley que declara prescritos los crímenes de lesa humanidad cometidos en ese país antes de 2002. La iniciativa beneficia a unos 600 militares procesados y al expresidente Alberto Fujimori. La ley aprobada anula procesos por crímenes cometidos en lo que llama “guerra contra el terrorismo”, es decir, que los responsables de decenas de miles de muertes y desapariciones ocurridas entre 1980 y 2000 no serán procesados, condenados o sancionados.
Pero no solo los crímenes de la “lucha contra las guerrillas” prescriben. También quedarán sin pena las esterilizaciones forzosas llevadas a cabo por el gobierno de Fujimori contra unas 350.000 personas, la mayoría de ellas mujeres, de poblaciones indígenas o empobrecidas. “Eso sucedió durante los diez años de gobierno de Alberto Fujimori, entre el 90 y el 2000”, explicó a La Lechuza Raquel “Pocha” Palomino, periodista y comunicadora peruana. “En los años 96, 97, 98 se implementó una política de planificación familiar porque a su entender la sobre reproducción era una causa de la pobreza. Esta política consistía en promover las esterilizaciones. Como no se podían forzar, lo que hicieron fue como una especie de campañas sobre todo en zonas rurales de las regiones del interior del país donde iban médicos obstetras para dar una orientación de reproducción responsable. Pero como las mujeres son quechuhablantes, humildes, pobres, las hacían pasar para hacer un control y, sin su consentimiento, las esterilizaban”, explicó Palomino en diálogo con quienes conducen Estamos a Favor.
Por esos delitos fue a prisión no solo Alberto Fujimori, expresidente, sino también los tres ministros de Salud que ejercieron durante esos años. “El gobierno daba un estímulo a los médicos obstetras por la cantidad de esterilizaciones.Eso y la indefensión de las mujeres, por su idioma, por desconocimiento, por confianza hacia el personal médico, logró que muchas se sometieran”.
¿Qué dice o qué hace la población peruana en relación esto? ¿se discute? , fue la pregunta de Miguel Ambas: “Hay indignación, el 95 por ciento no quiere al Congreso ni al Ejecutivo, pero no ves ese 95 por ciento expresado en movilizaciones masivas en las calles”, respondió la periodista peruana. “Lo que vas a ver son movilizaciones muy sectoriales, muy reivindicativas, por una demanda puntual, o a los familiares de las víctimas de las masacres de diciembre y enero de 2022 y 2023”, completó.
En la visión de Pocha Palomino, en este momento en Perú “hay un clima de desazón, de impotencia, aunque esta semana ha dado algo interesante, lo que en Argentina se llama el escrache”. Comentó que una de las congresistas que promovía esas leyes de impunidad, así como la ministra de Cultura, entre otros funcionarios públicos, han sido abucheados, echados de lugares públicos.
Palomino expresó que el descreimiento del pueblo peruano “tiene que ver con falta de liderazgos, o de representaciones que sean capaces de convocar; falta de estructuras, partidos, organizaciones, que puedan articular demandas”. En ese contexto, de todas formas, la comunicadora rescató a las poblaciones del sur de su país, que tiene “un discurso de reivindicación histórica de quieres ganaron una elección, se las robaron, los boicotearon y ahora creen que pueden volver a ganar. Ellos dicen eso: ganamos, demostramos que pudimos, nos sacaron y vamos a volver”. Aunque no sería el destituido Castillo quien lideraría este movimiento, él “representó el trinfo electoral de un sector marginado, que le ganó a los grandes medios, a las grandes empresas. Castillo sigue representando la emoción de lo que fue su elección, aunque no es él el líder o representante de todos los sectores”.