No faltaron los carteles: “Sin mujeres no hay revolución” y “La tierra y las mujeres no somos territorio de conquista ni de explotación”, como así también había uno en alusión las mochileras asesinadas en Ecuador: “Que la prensa amarillista no culpabilice a las víctimas, no viajaban solas, iban una con la otra”. No faltaron los policías de civil: dos fornidos muchachos de camisa a rayas y anteojos negros. No faltó la energía femenina luchando por sus derechos, pidiendo que de una vez por todas se acaben los femicidios que no cesan. No faltó la intervención artística que se hizo en la peatonal con corpiños ensangrentados con nombres de víctimas de la violencia de género de la provincia.
En otros lugares del país también hubo jornadas de lucha. En tanto que en la plaza de Pocito, Retamo y La Lechuza realizaron una radio abierta con el objetivo de generar debate y conciencia respecto a la problemática de la violencia de género entre la población que pasaba por el lugar y los oyentes de la radio comunitaria.
Ayer también, antes de enfilar hacia la marcha, un niño me contó algo que le pasó. Su maestra les preguntó a él y sus compañeros qué día era hoy. Todos contestaron: el Díaaaa de la Mujeeeer. Y saben por qué se conmemora, volvió a preguntar la docente. Es por unas mujeres que reclamaron y las quemaron dentro una fábrica, dijo el pequeño, haciéndose un silencio a la salida del colegio. Quizá la maestra no se esperara una respuesta tan certera como lo son ciertas verdades históricas: el origen de esta conmemoración se encuentra en la muerte de 129 obreras en un incendio provocado en 1908 en una fábrica de tejidos.
Fotos: Gaby Lucero [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text] [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_gallery type=»image_grid» images=»3832,3833,3834,3835,3836,3837,3838,3839,3840,3841,3842,3843,3844,3845,3846,3847,3848,3849,3850,3851,3852,3853,3854,3855,3856,3857,3858,3859,3860″ img_size=»large»][/vc_column][/vc_row]