En el marco del ciclo de Identidades, hoy pudimos reflexionar sobre el rol de los grandes medios de comunicación del país durante la Dictadura. La licenciada en Comunicación Social Cecilia Yornet, nos brindó un profundo análisis sobre los contenidos que circulaban en los diferentes medios y su impacto en el discurso social de las personas desaparecidas.
“Hay quienes incluso hablan de una Dictadura Cívico Eclesiástico Mediático Militar” expresó la licenciada Yornet, intentando dimensionar al espectro comunicacional como un sostén principal de las ideas del régimen dictatorial.
Cecilia señaló que los medios contribuyen a “naturalizar” ciertas situaciones y hechos “contribuyeron a la construcción de un enemigo”. Las personas que eran detenidas, nunca tenían un seguimiento de sus casos en los medios.
Gracias a la lucha de Madres y Abuelas se pudo desnaturalizar estas caratulas forjadas por los medios, y entender que lo sucedido se trataba de un delito. En ese momento, se calificaba de subversivos y extremistas a militantes “no se decía por qué”, por ende, se inducia que “era merecido lo que les pasaba”.
Cuando sucedió el Golpe, los medios mostraron que llegaba un nuevo “gobierno”, sin hacer mención al derrocamiento del gobierno democrático y constitucional que le antecedió.
Vale recordar que los canales de TV y radios estaban intervenidos por las Fuerzas, pero los medios gráficos no corrían la misma suerte. No obstante, se tomaba como única fuente valida las gacetillas enviadas por los dictadores. Relataban en crónicas, la detención de “guerrilleros” pero no se profundizaba en causas, ni lugares de traslado ni el contexto situacional “esta es una manera de ir desapareciendo”.
Un único medio (Buenos Aires Herald) fue el que publicó una solicitada con nombre de personas buscadas por su familia “no era tan fácil tampoco”. Desde el 24 de Marzo, las Juntas Militares enviaron comunicados advirtiendo que los medios no podían mostrar contenido que desprestigiara las Fuerzas Armadas o hicieran “apología” al accionar de quienes llamaban subversivos “el margen para poder publicar algo distinto a lo que las FFAA emitían, era muy pequeño. Lo cual no quiere decir que no lo hayan ejercido periodistas como Rodolfo Walsh, la agencia ANCLA”.
